Gato andino: El gato de los Andes (Leopardus jacobita)

El gato andino o gato de los Andes (Leopardus jacobita), conocido también como el chinchay u osjo, es un felino que ha sabido adaptarse a la dureza de las altas montañas de los Andes, un entorno frío, hostil y desafiante.

Gato andino, chinchy u osjo (Leopardus jacobita)

Características

Con su cuerpo compacto y ágil, el gato andino vive en climas muy fríos entre rocas y matorrales, ocultándose a la perfección gracias a su pelaje denso y camuflado. De hecho, su coloración, que varía entre tonos de grises, blancos, amarillos y marrones, está decorada con manchas y rayas rojizas y negras que se asemejan a las sombras de la montaña, asegurando su invisibilidad ante los ojos de posibles depredadores y presas.

Leopardus jacobita: El gato andino, osjo o chinchay.

Seguidamente, destacan sus orejas puntiagudas llenas de pelo que en ocasiones están adornadas con manchas oscuras en la parte posterior. En realidad, la presencia de tanto pelo en sus orejas se debe a la cantidad de viento de su hábitat, por lo que el pelo le protege de las inclemencias meteorológicas. También, posee unos ojos pequeños de coloración predominantemente marrón a la vez que brillante, que le proporciona una buena visión nocturna.

La nariz del chinchay es pequeña y redondeada, con un sentido del olfato agudo que le permite detectar presas, rastros y reconocer a otros individuos en su territorio. A cada lado del hocico se sitúan los bigotes o vibrisas que actúan como receptores táctiles. En realidad, el conocido como osjo puede medir distancias y evaluar su entorno, especialmente en la oscuridad, gracias a ellos. De la misma manera, estos bigotes son un indicador del estado de ánimo del gato. Si está alerta o excitado, los bigotes pueden estar erectos, y si está en reposo o relajado, los bigotes están más relajados.

Por último, el gato de los Andes, posee una cola larga, de un tercio de su tamaño, que se encuentra con una coloración anillada hasta la punta.

Hábitat

El hábitat del gato andino es característico de las regiones montañosas de Los Andes, ubicadas en América del Sur. Aunque es denominado el gato de los Andes de Argentina, el chinchay también vive en Perú Bolivia, y Chile, pero en menor medida que en Argentina.

Gato de los andes o chinchay (Leopardus jacobita)

Siguiendo con su nicho ecológico, este felino se adapta a altitudes elevadas, generalmente por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Zonas rocosas, matorrales y pastizales de montaña son los paisajes más habituales del Leopardus jacobita. Por esta razón, es considerado un animal muy adaptable, al vivir en ecosistemas fríos y desafiantes.

Durante el día, el gato andino descansa y se refugia en cuevas, rocas o matorrales para protegerse del frío. Sin embargo, cuando cae la noche, comienza su actividad de rutina y caza en la oscuridad donde se mantiene oculto e indetectable.

Gato andino (Leopardus jacobita), chinchay u osjo.

La especie del osjo es solitaria y territorial con territorios de pocos kilómetros defendidos vigorosamente. Para ello, el gato andino utiliza marcas de olor y arañazos con los que establece y mantiene su dominio. También, este comportamiento solitario se ve reflejado en su interacción con otros gatos del género leopardus. De hecho, salvo en la época de reproducción o en encuentros casuales, los gatos andinos suelen evitar el contacto con otros individuos de su especie.

Finalmente, para sobrevivir en las condiciones extremas de las altas montañas, el gato de los Andes utiliza su gran y denso pelaje para mantener el calor corporal. Además, sus patas son fuertes y musculosas, lo que le permite escalar y moverse con facilidad por terrenos escarpados.

Alimentación y caza

La alimentación y la caza del gato andino están estrechamente relacionadas con su hábitat en las altas montañas de los Andes. Debido a la limitada disponibilidad de presas y recursos en estas regiones, el gato de los Andes come ratones, ratas, chinchillas, vizcachas, aves y reptiles.

Gato andino | osjo | chinchay (Leopardus jacobita)

La técnica de caza del chinchay se basa en el sigilo y la paciencia. Debido a su pelaje camuflado y su comportamiento sigiloso, se acerca a otros animales sin ser detectado. Así, con su agudo sentido del oído y el olfato ubica con facilidad a sus presas en el terreno rocoso y montañoso.

Una vez que ha localizado a su presa, el gato andino emplea rápidos y precisos movimientos para cazar. Por eso, la agilidad y habilidad de salto del chinchay es clave para abalanzarse con sorprendente rapidez y asegurar una captura exitosa.

También, es un trepador experto, lo que le permite acceder a áreas donde pueden esconderse pequeños animales. Además, su tamaño relativamente pequeño le proporciona una ventaja en la captura de presas ágiles y escurridizas que se encuentran en su hábitat. Debido a su situación en las montañas, no hay ningún animal que cace al gato andino.

Celo y cortejo

Cuando llega la temporada de apareamiento, en los meses más cálidos de primavera o verano, los machos y las hembras entran en un período de actividad y socialización más intensos. En consecuencia, los machos recorren largas distancias en busca de hembras receptivas. Para ello, ambos sexos marcan su territorio con orina y arañazos, mostrando su disponibilidad al otro sexo.

Una vez que se encuentran, el macho emite vocalizaciones suaves y realiza movimientos corporales específicos para atraer a las hembras. Y, si es correspondido, ambos interactúan mediante juegos y persecuciones, estableciendo la compatibilidad y la disposición para reproducirse.

Reproducción

La reproducción del gato andino tiene una gestación que se estima en alrededor de 70 a 78 días. Después de este período, la hembra da a luz a una camada de una o dos crías, ocasionalmente tres.

Gato bebé andino o chinchay (Leopardus jacobita)

Las crías de gato chinchay son altriciales, lo que significa que son inmaduras y necesitan cuidados y protección durante las primeras etapas de su vida. De hecho, sus ojos permanecen cerrados durante varios días o incluso una o dos semanas antes de abrirse completamente.

Osjo, el gato andino o chinchay (Leopardus jacobita)

Durante este período inicial, las crías son completamente dependientes de su madre para la alimentación y el cuidado. Por esta razón, la madre proporciona leche materna para nutrir a las crías y se asegura de mantenerlas protegidas y resguardadas en su guarida. A medida que las crías de osjo crecen y se desarrollan, comenzarán a abrir los ojos y ganarán gradualmente independencia.

Debido a su naturaleza de cazador solitario y territorial del leopardus jacobita, las crías son separadas de su madre en cuanto adquieren la capacidad de valerse por sí mismas. En su vida adulta, cada individuo lleva una existencia independiente y solitaria.

Estado de conservación

El gato andino o de los Andes (Leopardus jacobita) está en peligro de extinción con una población reducida que enfrenta a diversas amenazas.

En primer lugar, la pérdida de hábitat debido a la expansión de la ganadería y la construcción de infraestructuras humanas fragmentan y degradan su territorio. Por esta razón, se reducen las áreas donde el gato andino puede vivir y reproducirse. Además, la caza ilegal y la captura para el comercio de pieles y mascotas también representan una grave amenaza.

Leopardos jacobita: El gato andino o chinchay.

Aunque está protegido por leyes y tratados internacionales, la demanda de sus pieles y la presión de los cazadores furtivos persisten, afectando negativamente la población de esta misteriosa especie felina.

Por último, el cambio climático conlleva la migración y disminución de sus presas naturales, dificultando su alimentación y rutina diaria.