Gato de la jungla (Felis chaus)

El gato de la jungla (Felis chaus), también conocido como gato de los pantanos, es una especie felina salvaje que habita en diversas regiones de Asia, Medio Oriente e Indochina.

Gato de la jungla (Felis chaus)

Características

De tamaño mediano, el gato de la jungla es algo más grande que un gato doméstico, con una longitud de entre 70 y 97 centímetros de longitud, incluyendo la cola. Su peso oscila entre 5 y 16 kilogramos, posee una complexión y cuerpo alargado y delgado que le proporciona gran agilidad.

Felis chaus: El gato de la jungla y los pantanos.

El pelaje del gato de la jungla es tupido y corto, adaptado para resistir la humedad de los hábitats pantanosos y selváticos donde habita. La coloración del pelaje varía según la región geográfica, pero suele oscilar entre tonos de marrón, beige y gris, con un patrón moteado que le brinda camuflaje en su entorno.

A menudo, presenta rayas oscuras en las patas y la cola, y su pelaje puede variar en intensidad de acuerdo con las estaciones.

Siguiendo con su cabeza, destacan en las orejas unos pequeños pelitos negros, al igual que los linces y el caracal común, aunque en este caso mucho más pequeños. Además, estas orejas son largas, redondeadas y puntiagudas, proporcionando al Felis chaus un agudo sentido auditivo.

Gato de los pantanos o de la jungla (Felis chaus)

Sus ojos son de color claro con tonalidades marrones y amarillas, forma ovalada y están situados en el frontal. Así, tiene una excelente visión binocular tanto de día como de noche, muy útil para la caza.

Las extremidades del gato de la jungla son musculosas y fuertes. Por esta razón, el felino puede saltar grandes distancias y trepar árboles con facilidad. Sus garras son retráctiles y afiladas, lo que le permite capturar presas y mantenerse firme en diferentes tipos de terrenos.

Finalmente, la cola del gato de los pantanos es de unos 25 – 30 centímetros, le ayuda a mantener el equilibrio durante los saltos y refleja su estado anímico.

Hábitat

El hábitat del gato de la jungla se enmarca en Asia, Oriente Medio e incluso el Cáucaso. Por ello, el gato de la jungla vive principalmente en países como India, China, Indonesia, Irán e Irak. También, existen pequeñas poblaciones en Turquía, Egipto, Siria, Uzbekistán y Turkmenistán.

Debido a su gran adaptabilidad, los paisajes de este felino son muy diversos, abarcando una amplia gama de entornos acuáticos y terrestres. Humedales como pantanos y marismas, ríos y lagunas en zonas ribereñas y áreas boscosas como selvas y junglas son algunos de las áreas donde el gato de la jungla sitúa su nicho ecológico como pequeño depredador.

Gato de la jungla y los pantanos (Felis chaus)

En cuanto a su rutina diaria, cabe destacar que como la mayoría de felinos, el Felis chaus está activo principalmente durante las horas del crepúsculo y la noche. Y, como ocurre con los gatos del género prionailurus, posee una gran habilidad para nadar y cazar en el agua.

Coincide en su hábitat con un gran felino como es el lince caucásico, pero evita cualquier acercamiento con él para no sentirse amenazado.

Finalmente, el también denominado gato de los pantanos posee un fuerte sentido de la territorialidad. Por esta razón, marca su territorio mediante orina, heces, olor y rasguños, avisando así a otros miembros de su especie, de que ese territorio ya tiene dueño.

Alimentación y caza

Del mismo modo que ocurre con su adaptabilidad en el hábitat, este felino tiene la misma versatilidad para la alimentación. Por consiguiente, el gato de la jungla come roedores, conejos y serpientes, así como aves y peces acuáticos, tales como patos, garzas o incluso cigüeñas.

Gato de la jungla cazando en los pantanos (Felis chaus)

Sus métodos de caza varían según las circunstancias. Ya sea desplazándose sigilosamente entre la vegetación o acechando en las orillas de cuerpos de agua, el Felis chaus es capaz de dar saltos sorpresa con sus poderosas patas traseras. También, su aguda vista y oído, le permiten lanzarse sobre sus presas con precisión, sorprendiéndolas en segundos.

Gato de la jungla y los pantanos (Felis chaus)

De cualquier manera, esto no sería posible sin su pelaje, que le brinda un camuflaje perfecto en la vegetación y otros elementos naturales.

Celo y cortejo

El período de celo del gato de la jungla tiende a ser más prominente durante los meses de primavera y verano, cuando las condiciones ambientales son más favorables y hay una mayor disponibilidad de recursos.

Durante este tiempo, los machos en particular, se vuelven muy activos en sus territorios y maúllan de manera persistente para atraer a las hembras. Después, si el macho es aceptado por una hembra, comienza un cortejo que involucra movimientos, frotamientos y juegos de persecución entre la pareja potencial. A medida que el cortejo avanza, los felinos del Felis chaus comienzan a restregarse entre sí, momento en que establecen una conexión y ocurre el apareamiento.

Reproducción

El proceso de reproducción del gato de la jungla o los pantanos sigue el patrón de los felinos, e involucra varias etapas, desde la gestación hasta la independencia de los cachorros.

Gato de la jungla bebé (Felis chaus)

Tras quedar embarazada, el macho vuelve a su vida en solitario, empezando la hembra una gestación que dura aproximadamente 63 a 66 días. Por lo general, la madre da a luz en madrigueras, huecos de árboles o lugares protegidos en la vegetación donde sentirse segura. Una camada típica consta de alrededor de 2 a 4 cachorros siendo completamente dependientes de la madre al ser ciegos, sordos y de pelaje muy fino.

Durante las primeras semanas, amamanta a los cachorros y los protege en su refugio, del que solo sale la madre para alimentarse. No obstante, a medida que crecen, los cachorros de Felis chaus empiezan a abrir los ojos y a desarrollar sus habilidades motoras jugando entre ellos. Así, los gatitos de la jungla aprenden lo esencial para su supervivencia, como la caza, el comportamiento en su entorno y cómo comunicarse con maullidos.

De manera progresiva, los cachorros crecen y se vuelven poco a poco más independientes. Así, alrededor de los 6 a 9 meses de edad, los gatitos comienzan a acompañar a su madre en la caza y aprenden a valerse por sí mismos. A medida que se acercan al año de vida, pueden separarse de la madre y buscar territorios propios.

En realidad, esta independencia gradual es esencial para mantener un equilibrio en la población y evitar la competencia excesiva en el mismo territorio.

Estado de conservación

El gato de la jungla o de los pantanos (Felis chaus) no está en peligro de extinción y tiene la clasificación más baja, catalogado como “preocupación menor”.

Los atropellos, el calentamiento global y la pérdida de hábitat son las amenazas más comunes de este gato que, de cualquier manera, goza de un muy buen estado de conservación.