Gato montés (Felis silvestris)

El gato montés (Felis silvestris) es la especie de felino salvaje más extendida del mundo, y precursora del conocido como gato doméstico (Felis silvestris catus).

Gato montés (Felis silvestris)

Características

Presenta un tamaño mediano en comparación con otras especies de felinos. El cuerpo de este gato es ágil, esbelto y de extremidades musculosas que le otorgan una gran agilidad y habilidad para la caza. La altura del gato montés es de entre 25 y 35 centímetros con una longitud de hasta 1 metro incluyendo una cola de unos 20 centímetros en promedio.

Gato montés de perfil (Felis silvestris)

El pelaje del gato montés es denso y suave, adaptado a las condiciones cambiantes de su entorno. Su coloración varía según la región, pero generalmente es una amalgama de tonos grises, blancos, marrones y rojizos. Además, muchos de estos gatos tienen un pelaje moteado o rayado, que actúa como camuflaje en el entorno forestal. Hacia el vientre y la parte interior, muchos de estos felinos tienen coloración que puede llegar a ser blanca. Y, finalmente, la cola espesa y peluda suele ser anillada con terminaciones oscuras en la punta.

La cabeza del gato montés es proporcional al cuerpo y muestra características felinas clásicas. Sus orejas puntiagudas y móviles les permiten captar los sonidos más sutiles de su entorno, mientras que sus ojos grandes, almendrados y de todo tipo de colores, están adaptados para la visión nocturna.

Gato montés euroasiático (Felis silvestris)

Siguiendo con su hocico, corto y puntiagudo, el Felis silvestris posee un olfato altamente desarrollado que juega un papel crucial en la detección de presas y depredadores. Justo debajo se sitúa la boca, rodeada de un pelaje más claro, que alberga una potente mandíbula con dos fuertes caninos capaz de desgarrar carne con facilidad.

Las extremidades del gato montés están diseñadas para la caza y la movilidad. Sus patas delanteras musculosas cuentan con garras retráctiles que le brindan un agarre preciso. Al contrario, las patas traseras poderosas le permiten realizar saltos de varios metros de longitud. Estas características, junto con su cola, otorgan al gato montés una agilidad y equilibrio excepcional, esenciales para cazar, trepar y moverse.

Hábitat

Muy adaptable, como todos los felinos del género felis, el gato montés vive en una variedad de hábitats en Europa, Asia (a excepción del Este) y África.

Gato montés en su hábitat (Felis silvestris)

Prefiere ambientes diversos, como bosques templados y taiga, montañas, matorrales y zonas de arbustos densos. El felis silvestris ocupa un nicho ecológico como carnívoro, desempeñando un papel vital en el control de poblaciones de presas y manteniendo el equilibrio en los ecosistemas donde reside.

Conocido por su territorialidad, este gato establece áreas de territorio mediante orina y olores que pueden abarcar varios kilómetros cuadrados. Además, es un felino muy hostil, por lo que defiende agresivamente su espacio de otros individuos.

Es un gato de condición principalmente nocturna, lo que le permite cazar y moverse con mayor eficacia a presas con unos sentidos mucho menos desarrollados. En resumen, los patrones de sueño y costumbres diarias del gato montés están adaptados a su papel como cazador nocturno y depredador territorial. Su ciclo de actividad durante la noche, su búsqueda de refugios para dormir durante el día y su comportamiento territorial conforman el día a día en su hábitat.

Alimentación y caza

Depredador ágil y oportunista, el gato montés come y caza pequeños mamíferos como ratones, ratas, conejos, aves, reptiles e incluso insectos en algunas ocasiones.

Felis silvestris: El gato montés.

Para cazar, aprovecha su agilidad y sigilo, que unido a su excelente visión nocturna y su pelaje moteado, hace que pueda pasar desapercibido a sus objetivos. Cuando está lo suficientemente cerca, el felino de Felis silvestris realiza un rápido y preciso ataque para atrapar a su presa con sus garras retráctiles y dientes afilados.

También, el gato montés se esconde en arbustos densos esperando pacientemente a que una presa pase cerca.

Gato montés euroasiático (Felis silvestris)

Seguidamente, sale del escondite de un salto y atrapa a la presa con sus garras, evitando que escape. Aunque no es tan especialista trepador como el ocelote o el margay, en ocasiones trepa árboles para buscar nuevos objetivos. Y, en caso de encontrarlos, salta desde una posición elevada justo encima del animal en cuestión.

En realidad, la alimentación del gato montés desempeña un papel vital en el ecosistema al controlar las poblaciones de presas. Su depredación sobre roedores ayuda a mantener un equilibrio en las cadenas alimenticias e influye en la salud de los ecosistemas en los que habita.

Celo y cortejo

La temporada de celo de la gata montesa ocurre en los meses de primavera y verano, específicamente de enero a septiembre en el hemisferio norte, y de agosto a febrero en el hemisferio sur

En ese momento, machos y hembras monteses experimentan un comportamiento enérgico y un aumento en la interacción social. Por consiguiente, las hembras emiten señales químicas y vocales para indicar su disposición para aparearse. Mientras tanto, los machos, recorren largos territorios durante la noche buscando los sonidos de hembras en celo.

Una vez se encuentran, comienza un cortejo con juegos y persecuciones entre los individuos, demostrando sus habilidades. Así, llega el apareamiento, que puede ocurrir varias veces mientras la hembra está en celo. Una vez concluido, el macho abandona a la hembra embarazada, que será la principal encargada de la supervivencia de la camada.

Gato montés africano (Felis silvestris silvestris)

Reproducción

Después del apareamiento, comienza la reproducción del gato montés con una gestación que dura alrededor de 63 días. Durante este tiempo, la hembra busca y se aposenta en un refugio protegido, como un hueco de árbol o un área rocosa. El nacimiento ocurre en pocos minutos, con camadas de entre dos y cuatro cachorros

Gatos monteses bebés o cachorros (Felis silvestris)

Nada más nacer las crías, se sitúan en el vientre de su madre para refugiarse del calor y ser amamantadas. Es importante destacar que los bebés de gato montés son ciegos al nacer y dependen completamente de su madre para sobrevivir. No obstante, crecen muy rápido, por lo que al mes de nacer, ya comienzan a explorar su entorno y a consumir alimentos sólidos.

Seguidamente, comienzan a cazar pequeños insectos o reptiles y progresivamente, se aventuran a cazar junto a su madre animales más grandes.

La vida de las crías es relativamente tranquila ya que dedican su día a jugar y cazar, mientras aprenden todo de su madre. Sin embargo, a medida que las crías crecen, se vuelven más independientes y comienzan a aventurarse fuera del refugio. Así, en un promedio de medio año los subadultos de Felis silvestris abandonan a su madre para buscar su territorio y sobrevivir por sí mismos.

Seguidamente, comienzan a cazar pequeños insectos y reptiles y progresivamente, se aventuran a cazar junto a su madre animales más grandes.

La vida de las crías es relativamente tranquila ya que dedican su día a día a jugar y cazar mientras aprenden todo de su madre.Sin embargo, a medida que las crías crecen, se vuelven más independientes y comienzan a aventurarse fuera del refugio. Así, en un promedio de medio año los subadultos de Felis silvestris abandonan a su madre para buscar su territorio y sobrevivir por sí mismos.

Estado de conservación

El gato montés (Felis silvestris) no está en peligro de extinción y su estado en la naturaleza es de “Preocupación menor”. No obstante, al ser un felino tan extendido, existen ciertas poblaciones en el mundo que pueden enfrentarse a la desaparición.

Las causas más comunes de la pérdida de la especie son la caza ilegal, el calentamiento global que mueve a sus presas y el crecimiento de las ciudades con la correspondiente destrucción de la naturaleza.