Lince ibérico (Lynx pardinus): El lince español.

El lince ibérico de nombre científico Lynx pardinus, es un felino en peligro de extinción de tamaño medio pero a la vez muy ligero, que habita en los climas templados de España y Portugal.

Lince ibérico español (Lynx pardinus)

Características

El conocido como lince español tiene un pelaje de color amarillento a marrón rojizo y estampado con muchas manchas de color marrón oscuro o negro de diferentes tamaños.

De hecho, hay tres patrones de pelaje individuales distintos, aunque el pelaje del vientre es siempre de color claro.

Lince ibérico hembra (Lynx pardinus)

Tiene una cabeza pequeña con gorguera facial acampanada, como si de una barba se tratara, que le da un aspecto a su rostro mucho más grande de lo que es. Además, en los adultos este collarín facial es muy distinto al de otros tipos de linces, por lo que es un factor esencial para diferenciarlos de otros felinos de la especie.

Como el resto de linces, poseen orejas largas y puntiagudas con terminación en mechones oscuros en la parte superior de las orejas. De hecho, este pequeño trozo de pelo es muy funcional, ya que les ayuda a mantener la estabilidad, equilibrio y conocer la situación a su alrededor.

Posee unas patas muy largas con las que pueden alcanzar hasta 80 km/h de velocidad en un gran sprint tras una presa. Seguidamente, situada detrás, tienen una cola muy corta y ancha con punta oscura, rasgo diferenciador de las características de los linces.

Lince ibérico español (Lynx pardinus) en Andalucía.

Un lince ibérico es un poco más del doble del tamaño de un gato doméstico pero con patas más largas, lo que le da una apariencia de mayor longitud. Sobre todo, en los individuos más jóvenes que buscan su propio territorio, que al tener menos presas, son mucho más delgados.

Sin embargo, cuando alcanzan la edad adulta a los tres años y son capaces de cazar con asiduidad, se vuelven más corpulentos. Con frecuencia, son confundidos con gatos salvajes. Aunque, una identificación segura son las huellas de las patas, mucho más grandes en la especie del Lynx pardinus.

El lince ibérico tiene una esperanza de vida de 13 años en la naturaleza y hasta 22 en cautividad.

Hábitat

El lince ibérico vive en España y Portugal, concretamente en Andalucía, Extremadura  y Castilla La Mancha.

Los planes de recuperación e introducción han salvado a una especie que estuvo en peligro crítico de extinción. De hecho, el lince ibérico fue considerado extinto en Portugal desde el año 1990, pero tras los esfuerzos de las organizaciones durante más de cinco años, el felino vuelve a vivir en Portugal con una población de alrededor de 100 ejemplares.

Lince ibérico macho en Extremadura (Lynx pardinus)

El hábitat y nicho ecológico ideal del lince español es un mosaico de matorrales mediterráneos de altura y maduros con bosque abierto y prados en los que cazar. De hecho, los bordes de matorrales de los prados son su predilección porque desde ahí se esconde muy fácilmente para abalanzarse sobre los conejos.

Además, el denominado Lynx pardinus vive y busca siempre la presencia de árboles centenarios, como alcornoques o zonas de densa vegetación para descansar y criar a los cachorros. Por esta razón, este felino evita los lugares abiertos que contengan árboles como pinos o eucaliptos.

Lamentablemente, los grandes incendios de los veranos en España han reducido gran parte de los parajes con matorral de jara y, por consiguiente, su hábitat.

Lince ibérico en Castilla La Mancha

Las diferencias de relieve no son problema para el lince ibérico ya que se adapta perfectamente a todo tipo de terrenos.

Un ejemplo de ello es su presencia en las llanuras de Doñana, las escarpadas colinas de Andújar y los paisajes clásicos en la Sierra de Andújar. Y, aunque este tipo de lince se ha acostumbrado a la sequía de ciertas zonas de la península ibérica, trata de habitar siempre cerca de alguna fuente de agua.

Así mismo, los linces españoles adultos defienden un territorio de 3-4 km2 contra individuos del mismo sexo. Aunque cuando abundan los conejos, esta área puede ser mucho más pequeña.

Finalmente, cabe destacar que desde la década de 1940, la población de lince ibérico ha disminuido drásticamente a pequeñas poblaciones. Pero, una serie de reintroducciones en Andalucía y Portugal para la conservación del lince ibérico, ha aumentado el número de ejemplares en su área de distribución histórica.

El lince ibérico en España

El lince ibérico en España está en peligro crítico de extinción. Sin embargo, acciones de ayuntamientos y organismos especializados, respaldados por el gobierno español, han conseguido salvar la especie de la península ibérica.

Lince ibérico macho en Andujar (Lynx pardinus)

Lince ibérico en Andújar

En Andújar (Jaén), el lince ibérico crece de manera lenta pero progresiva por todo el noreste de Andalucía. Y es que, la reintroducción de conejos en esta zona, ha conseguido que la población del lince español se vea fortalecida y estable.

La densidad de conejos en Andújar y Cardeña es la que permite que el número de hembras de lince críe un mayor porcentaje de crías. Como la mayoría muere antes de llegar a la edad adulta, algunos de estos cachorros están siendo capturados para la cría en cautiverio. Y tras criarlos, conseguir una eventual reintroducción en la naturaleza en varios años.

Lince ibérico en Extremadura

En Extremadura el lince ibérico fue reintroducido, consiguiendo una población pequeña pero estable, tras años en que había desaparecido de la comunidad extremeña. El programa del lince ibérico impulsado por la Junta de Extremadura y el ministerio de transición ecológica, introdujo varias especies por la zona del río de Matachel, en Badajoz.

Por esta razón, en la zona se empezó a equilibrar el ecosistema formado por grandes cantidades de zorros y liebres que empezaron a ser cazados por el Lynx pardinus. La gran cantidad de presas, el favorable clima y los programas para cuidar al felino, han provocado que la especie crezca continuamente con el paso de los años.

Actualmente, la estimación de linces en Extremadura es de alrededor de 150 individuos.

Lince ibérico en Asturias

En Asturias, el lince ibérico se extinguió hace ya varios años. Sin embargo, fue una comunidad en la que históricamente llegó a existir una población de más de 250 linces. El clima, la falta de conejos y la caza ilegal fueron los factores principales para una rápida desaparición.

Además del Lynx pardinus, cabe destacar que Asturias fue una de las comunidades españolas que tuvo más de una especie de lince. El lince euroasiático vivió en Asturias hasta bien entrado el siglo XX. De hecho, este felino más habituado a climas extremos que el lince español, vivió a lo largo de toda la coste norte española con pequeñas poblaciones de alrededor de 50 felinos.

Alimentación y caza

El lince ibérico come principalmente conejo europeo. Aunque también se alimenta de pequeños pájaros, patos, perdices, roedores y liebres cuando la disponibilidad de conejos es baja.

Además, los adultos experimentados son capaces de abatir corzos e incluso ciervos de tamaño medio. De hecho, esta es la razón por la que coloquialmente se le conocía como como lince cerval, lobo cerval, o lobo ciervo.

Lince ibérico cazando (Lynx pardinus)

En cuanto a su necesidad alimenticia, los linces españoles necesitan algo menos de un conejo adulto al día para quedar saciados.

Su forma de cazar es muy similar al del resto de subespecies de linces. De esta manera y durante la noche, la especie del Lynx pardinus aguarda durante horas en algún lugar oculto entre la maleza, arbusto y rocas, a que alguna de sus presas esté a menos de 10 metros.

En ese momento, da un salto para atrapar en primera instancia a su presa.

En caso contrario, si el ataque es fallido, persigue a su presa a gran velocidad durante unos metros hasta que lo atrapa para devorarlo. Normalmente, estas persecuciones duran tan solo unos segundos, ya que la rapidez del lince es muy superior a la de sus habituales presas.

Sin embargo, estos ataques no tienen siempre éxito, ya que los pequeños mamíferos como las liebres y los conejos se refugian muy rápido en sus madrigueras bajo tierra, donde el lince ibérico no puede acceder.

Cortejo

En el momento en que la hembra entra en celo, normalmente al finalizar el año, comienza el cortejo del lince ibérico. En esta época, la hembra marca árboles de su territorio colindante con orina y maulla a gran volumen para atraer la atención de algún macho.

En caso de ser escuchada y ser visitada en su territorio por un lince macho, la hembra camina y se muestra ante él. Así, en caso de que la pareja se acepte, comienzan con un cortejo que se basa en frotar sus cuerpos y cabezas a la vez que se lamen. Finalmente, tras uno o dos días juntos, si todo va bien realizan el apareamiento durante varias veces al día.

Reproducción

En la reproducción del lince ibérice, ocurrente entre Enero y Marzo, los ejemplares adultos se limitan al apareamiento. Una vez realizado, el macho vuelve a su territorio colindante y la relación durante los próximos meses, se limita a la madre con sus cachorros.

Linces bebés ibéricos recién nacidos (Lynx pardinus)

Las hembras de lince español se reproducen habitualmente una vez al año o en intervalos de dos. Seguidamente, en el nacimiento se dan a luz 3 linces bebé de los cuales tan solo 1 o 2 alcanzarán los 10 meses.

Al nacer, los pequeños felinos no pueden apenas moverse ya que vienen al mundo completamente ciegos. Por esta razón, permanecen escondidos en cuevas o grutas durante dos semanas alimentándose de la teta de su madre.

Lince bebé ibérico (Lynx pardinus)

Aun así, los linces bebé ibéricos crecen muy rápido. De hecho, a la segunda o tercera semana ya acompañan a su madre en la naturaleza para aprender progresivamente a sobrevivir.

Alrededor de los 3 años después, los linces jóvenes abandonan su lugar de nacimiento. Seguidamente, buscan su propio territorio en una etapa crucial de su vida, normalmente a unos 10-20 kilómetros de distancia. Este período de dispersión al dejar a su madre puede resultar fatal en muchos casos por lo que aproximadamente el 50% falla y muere. Generalmente por causas humanas como atropellos, caídas, trampas, caza ilegal o inexperiencia en la caza del propio felino.

Estado de conservación

El lince ibérico está en peligro de extinción al poseer tan solo unos 1000 ejemplares en la península.  No obstante, estos números son una excelente noticia para el conocido lince español, que llegó a estar al borde de la extinción con menos de 200 felinos vivos.

Hembra de lince ibérico en Portugal (Lynx pardinus)

Los ayuntamiento y organizaciones de la comunidades autónomas, subvencionadas por el gobierno emprenden una labor esencial para salvar este lince. Así, fueron reintroducidos en sus zonas de hábitat histórico donde la abundancia de presas y la protección de las organizaciones podrían hacerlo subsistir.

Por esta razón, de los apenas 200 individuos, en la actualidad se pueden superar el millar de linces españoles, distribuidos en números aproximados: Andalucía, 500 ejemplares, Extremadura, 150, Castilla La Mancha 345 y Portugal con 150.

Al tener números tan bajo, el crecimiento de las poblaciones no es rápido en el caso de este tipo de lince. Sin embargo, las poblaciones existentes se encuentran estables, por lo que aunque lento, el aumento de este lince es bueno y favorable para su subsistencia.