Ocelote (Leopardus pardalis)
El ocelote (Leopardus pardalis) es un animal y felino de tamaño mediano muy semejante al gato margay o maracayá, ampliamente extendido que vive en todo tipo de hábitats de Sudamérica, incluyendo Centro América y pequeñas poblaciones en Estados Unidos.
Características
Para empezar, las características físicas más remarcables del ocelote como felino es su cuerpo esbelto y musculoso. A diferencia de muchos gatos, el leopardus pardalis posee patas cortas pero muy robustas con garras retráctiles, que le proporcionan agilidad y destreza en sus movimientos.
El pelaje del ocelote es una mezcla entre amarillo o beige y está adornado con manchas oscuras que toman la forma de ocelos, de ahí su nombre. Estas manchas varían, pero generalmente son de color marrón con un borde negro, siendo completamente negras en las patas y algunas otras partes del cuerpo.
De cualquier manera, estos patrones varían en forma, tamaño y posición, lo que hace que cada individuo sea único y fácilmente identificable. Además, este pelaje es denso y suave por lo que permite al leopardus pardalis adaptarse a una variedad de entornos y condiciones climáticas.
La cabeza del ocelote es redondeada con un hocico alargado y prominente con nariz rosada y negra. Cuenta con un par de ojos pequeños y expresivos de coloración de varios tonos marrones.
Siguiendo con sus orejas, cortas y redondeadas, son principalmente blancas con bordes negros y color oscuro en su parte posterior. Estas orejas altamente sensibles les permiten detectar incluso los sonidos más tenues de sus presas y depredadores, brindándoles una ventaja en la caza y la supervivencia. Además, el ocelote presenta patrones faciales notables, como líneas oscuras que se extienden desde el área de los ojos hacia las mejillas y hacia la nuca.
Hábitat
El ocelote vive desde el sur de Estados Unidos, este de México y se extiende por toda Sudamérica, a excepción de la parte sur de Argentina.
De manera similar a los felinos del género Leopardus, estos felinos son muy adaptables por lo que su hábitat comprende un nicho ecológico que abarca desde bosques tropicales, selvas y manglares hasta zonas costeras y montañosas.
Su hábitat preferido es el bosque tropical, donde destaca como cazador. Sin embargo, también puede adaptarse a otras áreas, como pastizales, sabanas y matorrales, siempre que haya suficiente cobertura vegetal para cazar y refugiarse.
Es un animal territorial y solitario que puede llegar a ser agresivo si encuentra otros ocelotes del mismo sexo en sus dominios. En realidad, el marcaje de territorio es una parte importante de su comportamiento. Utilizan marcas visuales y olfativas para avisar a otros animales de su presencia, entre los que se pueden encontrar: pumas, jaguares del sur, gato margay y gato de Geoffroy.
Por último, el leopardus pardalis tiene una rutina nocturna y crepuscular cuando caza y patrulla su zona. Al contrario, durante el día duerme en lugares protegidos, como en la densa vegetación o en árboles, evitando el calor del día.
Alimentación y caza
Como felino carnívoro, el ocelote come monos, agutíes, roedores, coatíes, armadillos y pecaríes. También, puede alimentarse de aves al vuelo como gallinas de monte, faisanes y pavos. Y, ocasionalmente, también caza reptiles como iguanas, serpientes, lagartijas e incluso pequeños peces.
Sigiloso y astuto, el catalogado como Leopardus pardalis aprovecha su habilidad de camuflaje para pasar desapercibido. Así, acecha a sus presas con su vista y oído agudos, con los que detecta la presencia de animales en su entorno. Después, una vez que ha localizado a su presa, se mueve con cautela y paciencia para acercarse lo suficiente antes de lanzar el ataque.
Cuando se siente preparado, el ocelote se abalanza sobre su presa con una explosión de velocidad y fuerza. Sus garras retráctiles y dientes afilados son armas letales para sus pequeñas presas. De hecho, es sorprendente la habilidad que tiene para cazar aves situado en silencio en un árbol, pudiéndose colgar con sus patas traseras del mismo para atrapar un pájaro en un rápido movimiento .
Finalmente, una vez que ha cazado con éxito, el felino transporta a su presa a un lugar seguro para consumirla. Y, si el alimento es abundante, esconde los restos para consumirlo más tarde.
Celo y cortejo
El periodo de celo en el ocelote ocurre de media dos veces al año sin una temporada específica. Las hembras emiten señales olfativas y vocales para atraer a los machos. Además, su comportamiento se vuelve más inquieto y activo, marcando su territorio con orina y arañazos.
Debido a su naturaleza territorial, los machos compiten entre sí por las hembras y pueden llegar a pelear por el derecho de apareamiento. Una vez que la hembra acepta a uno de los machos, el leopardus pardalis inicia un cortejo que implica olfateo, frotamiento y vocalizaciones previo al apareamiento.
Reproducción
Una vez que la hembra ha sido fecundada, comienza la reproducción del ocelote con un período de gestación de entre 70 y 85 días.
Durante la gestación, la hembra busca por su territorio un lugar seguro como cuevas naturales, troncos huecos, densa vegetación o madrigueras abandonadas. Allí, da a luz una camada de bebés ocelote de entre 1 y 4, aunque el promedio suele ser de 2 o 3.
Las primeras semanas de vida de las crías de leopardus pardalis son esenciales, ya que nacen ciegas e indefensas, viven al calor y la leche de su madre. De cualquier manera, la madre debe alimentarse, por lo que los deja escondidos para salir a cazar para mantenerse fuerte y poder cuidar a sus crías.
En realidad, la lactancia dura aproximadamente de 2 a 3 meses, por lo que la vida de la madre puede ser muy estresante en caso de no encontrar suficiente alimento para sí misma. Superada esta fase, los pequeños ocelotes comienzan a explorar su entorno, aprender a cazar e ingerir carne.
Finalmente, a los 6 meses, el ocelote alcanza la madurez sexual y son lo suficientemente independientes para aventurarse por su cuenta. Así, eventualmente dejan a su madre y se separan de sus hermanos para encontrar y establecer su propio territorio.
Estado de conservación
El ocelote (Leopardus pardalis) no está en peligro de extinción, su población está muy extendida y está catalogado como “Preocupación menor”. Similar a los felinos del género leopardus, el cambio climático, la pérdida y fragmentación del hábitat son los principales problemas que enfrenta este animal.