Leopardo chino del norte (Panthera pardus japonensis)
El Panthera pardus japonensis, conocido como el leopardo chino del norte, es un gran leopardo que como su nombre indica, solo vive en el norte de China. Es también denominado como «el leopardo de moneda de oro«, que proviene de sus patrones de manchas negras y doradas muy similares a las monedas de cobre que circulaban en la antigua China.
Características
El denominado pardus japonensis es un leopardo de gran tamaño con un pelaje de fondo naranja, mucho más oscuro que otras subespecies de leopardo.
Además, este pelaje es largo y espeso, ligeramente dorado en invierno y amarillo rojizo en verano. Y también, es un poco más largo debido a que su hábitat nativo es de temperaturas muy frías.
Sus rosetas son grandes y, en ocasiones, poseen una mancha dentro de la roseta. Este rasgo es común en los jaguares, pero no es tan habitual en otras clases de leopardos.
Las especies de Panthera pardus japonensis son físicamente muy similares al leopardo de Amur por lo que puede resultar difícil distinguirlos. Sin embargo, el pelaje tiene un tono ligeramente diferente, siendo casi de color naranja para algunos individuos del félido de China.
Seguidamente, tiene las patas relativamente cortas, con un cuerpo y una cabeza desproporcionadamente grandes. Sin embargo, eso no le impide alcanzar grandes velocidades de hasta 60 km/h.
El leopardo chino del norte posee una esperanza de vida en libertad de aproximadamente 13 años, llegando hasta 20 en cautiverio.
Hábitat
Los félidos de Panthera pardus japonensis viven en un rango muy reducido de China, principalmente en las montañas Taihang, Hebei y Shanxi y Sichuan.
El hábitat y nicho ecológico del leopardo chino va desde la Selva tropical hasta el borde del desierto, montañas y tierras bajas. Sin embargo, su zona es muy reducida y la población sobrevive en áreas y territorios pequeños y aislados.
Esta pantera es un excelente escalador que se mantiene fiel a su territorio durante muchos años. Durante el día le gusta descansar en las ramas de los árboles mientras que por la tarde y noche, va en busca de alimentos. En realidad, este es un patrón muy repetido y similar en la tranquila vida de los leopardos.
Sin embargo, este modelo varía dependiendo de la cantidad de alimento disponible en cada estación del año. Por esta razón, en invierno tiende a ser mucho más activo durante el día, momento en que sus presas salen a buscar su propia comida.
Alimentación y caza
El leopardo chino (Panthera pardus japonensis) es un mamífero carnívoro que habitualmente come: monos, antílopes y todo tipo de ganado como cabras, cerdos e incluso vacas jóvenes.
Aunque no es el depredador más grande de su hábitat, este felino tiene mucho éxito en la caza. El motivo es principalmente su pelaje, ya que le ayuda a camuflarse para acechar a sus despistadas presas.
Así, bien camuflado con un comportamiento de caza oportunista, son capaces de conseguir relativamente fácil alimento. Una vez ha alcanzado a su presa mediante un salto, la mata mordiéndole en la garganta o el cuello.
Finalmente, para evitar que su comida pueda ser robada, utiliza su poderosa fuerza mandibular para subirla a lo alto de algún árbol donde nadie pueda molestarle.
Reproducción
El Panthera pardus japonensis se aparea con el inicio del año, entre enero y febrero, coincidiendo con la época más fría de China.
Después de un período de gestación de 105 a 110 días, la hembra se esconde en alguna gruta o cueva donde estar protegida para dar a luz una camada de dos a tres leopardos chinos bebé de coloración marrón oscura.
Los cachorros pesan alrededor de medio kilo al nacer y abren los ojos cuando tienen unos 10 días de edad. En realidad, los leopardos nacen ciegos y totalmente indefensos por lo que esos días pasan todo su tiempo amamantándose de la madre a la vez que se mantienen calientes.
Seguidamente, alrededor de un mes y medio después, los pequeños leopardos chinos del norte comienzan a comer pequeños trozos de carne. Y, debido a que esta subespecie crece muy rápido, en el tercer mes de vida ya acompañan a su madre a cazar para aprender lo necesario en la naturaleza.
La vida del leopardo es principalmente muy tranquila y esto es mucho más evidente en esta subespecie. Y es que, si el pequeño leopardo chino supera el primer mes de vida, tiene unas probabilidades muy altas de sobrevivir, ya que no hay ningún animal en su hábitat que pueda cazarle.
Finalmente, a pesar de su gran crecimiento, los jóvenes de la especie Panthera pardus japonensis no se independizan hasta los dos años aproximadamente.
Estado de conservación
El leopardo chino, denominado Panthera pardus japonensis está en peligro de extinción. De hecho, se considera que tan solo quedan aproximadamente 2500 leopardos chinos del norte que permanecen en la naturaleza en rangos altamente fragmentados. No obstante, existen alrededor de 100 en cautiverio con un intento de conservar y salvar la especie.
Al igual que con la mayoría de las especies de leopardo, las amenazas más importantes son la pérdida de hábitat y la caza furtiva para el comercio de pieles y medicina tradicional.